La educación que a nadie importa

Llega marzo y en nuestro país comienza un debate en el que todos los años nos gusta participar y nunca se resuelve. Dura como mucho unos meses y después volvemos a programación habitual. Como los mosquitos vuelven cada verano, el debate sobre la educación vuelve cada mes de febrero/marzo.

Desde que tengo memoria este tema es un tema desde el año 1997 con la instalación de la carpa blanca docente pero si buscamos en los libros de historia apenas un poquito más encontramos que al menos es un problema desde la vuelta de la democracia hace 35 años. La pregunta que me hago es ¿por qué todavía es un problema sin solución? Y creo que tanto a nivel político como a nivel sociedad es un tema que siempre está mal planteado. La Argentina es el país líder en el pensamiento cortoplacista por eso creer que cambiando una o dos cosas, ¡voila! Problema resuelto. Y no.

Si vemos el último debate que se está dando en estos días por la educación, encontramos dos ejes que se contraponen: el aumento del salario docente y el presentismo en las aulas. Y no se contraponen por naturaleza sino que son los políticos y los sindicalistas los que lo llevan al choque y con ellos esta sociedad que ama las grietas y defiende a muerte a una o a otra sin cuestiones, como si la vida se tratara de una alternativa donde las opciones son sí o no. Hasta cuando usamos la PC tenemos más opciones “aceptar” “omitir” “omitir todos” “cancelar” “no volver a preguntar”. Y el problema más grave es que cuando las opciones son tan limitadas quizás ambas pueden ser correctas, como creo que es este caso.

Si a mí me dieran a elegir diría mejores salarios docentes y controles más estrictos del ausentismo. Es imposible creer que una persona encargada de la educación desde nuestros barrenderos a nuestros científicos nucleares tenga que estar todos los años menudeando unos pesitos más porque no llega a fin de mes. Houssay antes de ganar un nobel pasó por una universidad pública y antes por una escuela pública donde un docente lo formó para que entre otras cosas siguiera ese camino y no estuviera en una esquina fumando paco. Un docente entonces es una piedra fundamental en las sociedades, por lo tanto no deberías estar en los escalafones más bajos del salario y el status social.

Ahora bien, si sos de esos como yo que toda su educación (infancia, primaria, secundaria y universitaria) la transcurrió en instituciones públicas sabrás que el ausentismo docente es un flagelo. Todos tuvimos más de un docente que sabíamos que siempre faltaba otro que suplantaba a uno que tomó licencia por todo el año y que también necesitó ser suplantado una y otra vez, y seguramente también tuviste algún “docente” que con su título secundario estaba habilitado a dar una materia que no conocía y la estaba aprendiendo con nosotros. Todos estos casos ponían su granito de arena para que seamos un poquito menos Houssay.

Pongo el punto específicamente en la educación pública porque este problema no se presenta en las instituciones privadas, allí no hay paros ni faltas ni licencias excesivas, ahí se tiende a cumplir con todos los días de clases, como diría una profesora mía “acá (colegio público) puedo faltar pero en el otro (colegio privado) me echan”. Y esta diferencia marcada entre una y otra desata muchos otros problemas. Una es el aumento en la matrícula de la escuelas privadas ¿acaso la gente tiene mejor poder adquisitivo que antes para gastar dinerales en una escuela que en este país se brinda gratis? No, se gastan lo poco tienen y se matan para que sus hijos tengan una educación al menos continua. Otro es el caso de los docentes que “viajan gratis” como se dice en la jerga política, el docente de la pública es el talibán fundamentalista desestabilizador que hace paros cagándose en los chicos por un aumento salarial y cuando lo obtiene también lo cobran esos docentes de la privada que no paran, que son buenos, que les interesan los chicos, que en ésta, viajan gratis.

Por estas cosas es que creo que la frase “caer en una escuela pública” además de ser desafortunada por quien la dijo no es más que el reflejo de una sociedad que cree que si no le queda otra tiene que caer en pozo de lo público porque a quienes les toca lo ven así, los que más reaccionaron fueron aquellos que conocieron la educación pública con suerte recién en la universidad, los que hicieron todo lo posible por caer en la pública, como un amigo que el otro día me dijo “Si no puedo pagar OSDE voy a tener que caer en OSECAC” bien análogo al tema.

Pararse sólo en dos puntos además de ser complejo y de que todos tienen su cuota de falta y su cuota de razón, es poco. La educación no sólo es ganar más y no faltar nunca es mucho más como para tomarlo así a la ligera. Es justo que nos preguntemos qué sucede en toda la cadena, qué sucede con la formación del docente, cuáles y cuántas son esas instituciones y cómo los forman para no terminar en esos ladrones que caen a dar una clase que no conocen porque su título los habilita pero también para les enseñen por ejemplo cómo manejar una herramienta tan importante como su voz y no tengan que ir de fonoaudiólogo a fonoaudiólogo y de licencia médica en licencia médica. Quizás llegar a ser docente debería ser tan complejo como llegar a ser médico justamente porque ambos tienen gran complejidad y gran responsabilidad en la sociedad. Y probablemente si esto sucediera el aumento salarial y de status seria natural, y si no lo fuera es un tema en el que debemos insistir: mayores escalas salariales en gente tan importante.

También es necesario hacer hincapié en los controles sobre esa educación que los docentes brindan, toda la educación completa, cuánto saben de los temas, cuánto se presentan al aula para evitar los flagelos de la educación pública y cuánto aprenden los alumnos, para no tener que ver todos los años en las noticias que el 90% de aspirantes a ingresar a tal o cual universidad fueron bochados porque no saben comprender textos complejos u operaciones matemáticas medias. Por otro lado sería necesario revisar los programas educativos no para cambiarlos todos por completo sino para tener una educación acorde a la época que vivimos sin que signifique que sólo debemos enseñar a programar a los chicos.

Todos estos son claros problemas de un Estado que no está presente en este tema ¿cómo es posible que una empresa como una escuela privada puede tener un control sobre sus alumnos y docentes y el Estado no? pero también es responsabilidad de los sindicalistas varones que representan a una masa de trabajadores donde más de 70% son mujeres que se niegan a discutir temas de control.

Como el espíritu de este blog es ver temas sociales y no políticos, considero que el punto más importante de toda la cadena es la participación ciudadana. Los padres y la sociedad completa debería preguntarse por qué los docentes no ganan más, deberían interesarse por sus reclamos y acompañarlos si los consideran justos, no ver a la escuela como un depósito de chicos para poder ir a trabajar. Deberían interesarse por los contenidos y cómo salen los alumnos preparados para el mundo y no ver el debate por TV durante un mes y ya, o caer en frases como “trabajan 4 horas y tiene 3 meses de vacaciones”. Deberían involucrarse porque si es un reclamo sólo de los docentes, los que no lo somos creemos que no nos toca, ahora si es un reclamo de la sociedad entera quizás se empieza a abrir un debate más profundo, interesante y complejo sobre la educación.

"Un colegio de calidad" reclama la sociedad francesa el 1 de febrero de 2018

El 1 de febrero de este año este año estaba viendo las noticias en un canal de afuera y vi la manifestación francesa contra la reforma educativa que pretende Emmanuel Macron para el ingreso a las universidades. La sorpresa es que no eran sindicalistas contra un gobierno, eran docentes, alumnos, padres, trabajadores, egresados, y toda una sociedad completa interesada por un derecho tan básico como la educación. No sé si cambiaran algo, pero si la educación es algo que nos interesa a todo seguramente en un muy buen primer paso.

Publicado por Juani Martignone

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