Con ustedes: La cultura futbolera


El día jueves 10 de mayo las redes estallaron y los medios de comunicación, por supuesto, se hicieron eco de ello. Un spot publicitario del canal de deportes TyC Sports desató la furia de toda la comunidad LGTB y con ellos todos los gay friendly y los eternos correctores políticos. Spot que me gustaría compartir acá para comprender de qué se trata pero resulta que ante tanto repudio generalizado, el canal decidió levantarlo de todas sus plataformas digitales (cosa con la que disiento). Pero si algo aprendimos los milennials es que aquello que se sube a internet no se baja nunca más, por eso si hacen algún tipo de búsqueda un poquito más compleja lo encontrarán. Y si no, vayan a Twitter, ahí no existe el concepto de restricción.
Asumiendo que seguramente lo viste por lo viralizado que fue, primero que nada tengo que hacer algunas salvedades. Es cierto que el comercial atrasa en algunos aspectos. En particular yo vi 3, que los encuadraría más bien en un aspecto básico o mediocre antes que homofóbico como se lo acusó. El primero es el “gesto de amor entre hombres” que señala el locutor cuando la imagen muestra a alguien haciendo un gesto sexual, como si el amor entre hombres se tratara únicamente de mantener relaciones sexuales. Segundo, la desagradable imagen un jugador sangrando por la cola como asociación casi exclusiva a que un puto tiene el culo roto. Y por último el final capcioso con la palabra “putin” aludiendo a un doble sentido que en este caso efectivamente ofende.
Si podemos nombrar algunos aspectos positivos del comercial diría que al plantear la idea de que el amor entre dos hombres no siempre es homosexual, es un acierto ¿Qué varón no asumió que ama, por ejemplo, a su padre sin connotación incestuosa alguna? Enumerar una gran cantidad de actitudes que siempre se asocian al varón homosexual y adjudicárselo a un público de varones que se asumen heterosexuales es una manera de deconstruir el estereotipo del gay y el del heterosexual también. Y lo más importante de todo, poner en el tapete una realidad que pocos conocen: que el país anfitrión del próximo mundial de fútbol considera a la homosexualidad una enfermedad y un delito digno de prisión. Fue impresionante ver entre todas las reacciones en las redes a aquellos que recién se enteraban de la situación de vejación de los derechos homosexuales en Rusia al toparse con este comercial.
Como en otras ocasiones he aclarado me tiene un poco harto la eterna corrección política y no me molestan los chistes homofóbicos o venidos del grotesco estereotipo del gay y como varón abiertamentente homosexual el spot no me generó rechazo ni me pareció homofóbico, simplemente me pareció más de lo mismo viniendo del mundo que viene, incluso con fórmulas con olor a naftalina. No me pareció humor. Y creo que es ahí en donde la publicidad falla, en dejar bien claro que se trata de humor. Soy de los convencidos de que cuando jodemos, jodemos con todo pero de antemano el receptor siempre tiene que saber que se trata de una joda. Si acá el receptor puede llegar a sentirse ofendido es porque ese punto tan claro no quedó.
Los que vemos y disfrutamos de South Park lo entendemos muy bien, de antemano hay un contrato tácito entre los dibujos animados y los televidentes en el cual se podrá tomar para joda hasta casos de abuso infantil pero entendiendo tanto unos como otros que se trata de un hecho aberrante en el que se intentará sentar una posición utilizando el humor como vía. Al final del capítulo tomaras conciencia de algún tema álgido habiéndote reído de él durante una hora ¿Acaso el spot de TyC nos quiere advertir sobre el régimen anti homosexualidad que vive Rusia a través del humor diciendo que a los hombres argentinos futboleros que irán a ver y a jugar el mundial aman a otros hombres por tener actitudes netamente sexuales como agacharse frente a otro hombre, que les refrieguen las partes por el cuello, correr desnudo en busca del hombre de tu vida, disfrutar viendo a hombres desnudos o tatuárselos en las tetas? Y si así lo fuera ¿estamos preparados en la argentina para crear mensajes de fuerte carga social riéndonos de ello? ¿Podemos entender como South Park hace humor para repudiar ciertas prácticas sin indignarnos porque se dice marica todo el tiempo?
Si fuera una respuesta de multiple choice yo respondería “ninguna es correcta”. El tema Rusia se toca sólo por el hecho de que es el país sede, si fuera Marruecos el spot podría ser el mismo. Si hablamos de humor respecto del tema, basta con ver cuáles fueron las reacciones de la gente cuando impusieron el hashtag #PublicitandoComoTyC en donde trazando un paralelismo se rieron de todas las minorías para marcar una posición de repudio al spot. Eso que puede hacer cualquier twitero con un teléfono y 280 caracteres, un publicista no.



Porque entendamos que acá donde hacemos “la mejor publicidad del mundo” el encargado de dirigirse a un público joven no tiene idea como es la lógica de Snapchat, sólo debe creerse un ser creativo. Y por eso nos pasa que ver a un hombre sangrando por la cola como gesto de amor a otro hombre nos debe resultar gracioso y ver sangre en una publicidad de toallitas femeninas nos debe resultar desagradable.
Para entender quiénes son los “creativos” y qué mensaje nos brindan a la sociedad las publicidades hagamos el ejercicio de buscar otro comercial del mismo grupo de publicistas. Encontraremos “Igualismo” uno donde se plantea una guerra de los sexos que viéndola hoy 6 años después nos damos cuenta que exuda machismo. En ese momento en las redes (que por ese entonces sólo las usábamos los subversivos) también se la criticó. También se dijo que era una exageración y que nos faltaba humor. Y 3 años después nos dimos cuenta que ese machismo mataba 1 mujer cada 30 horas.


Entonces si el spot de TyC no es un humor para dar cuenta de una problemática social ¿Qué es? Yo me atrevería a decir que es el humor retrogrado que mejor le sienta al ambiente del futbol y que con estos comerciales queda al desnudo lo homofóbico que es. Tratemos de pensar un nombre de algún jugador, técnico, dirigente o alguien relacionado al ámbito futbolístico que sea abiertamente homosexual, que le conozcamos su novio o su marido ¿y eso significa que no los hay? Claro que sí, pero imaginemos como tomaría un hincha que el goleador del equipo de sus amores a la noche se acueste a dormir con otro varón. Estos “lujos” puede dárselos alguien que tenga una profesión más gay friendly como Ricky Martin quizás.
Este venerado e indiscutible folclore del fútbol no solo te obliga a ocultar la homosexualidad con novias objeto y exuberantes, también te dice que al árbitro que cobra mal, o como uno no quiere, se le dice “puto”, que los que comentan y relatan deben ser varones, que la mujer futbolera o acompaña o sino es rara, que el equipo contrario debe morir o son “putos” y es entonces que toda actividad para promocionar este mundo habla en su idioma, el idioma violento, machista y homofóbico.
Todos cuestionamos una publicidad dirigida a un público particular pero ninguno cuestiona el público que disfruta de ello, todos los heterosexuales futboleros que conozco lo disfrutaron porque volvieron las “buenas publicidades del mundial”. Nos dicen que el folclore del futbol no se explica, se siente, por lo tanto tampoco se cuestiona. Todo aquello que se pone bajo el paraguas de la pasión goza de inmunidad al ser cuestionado, o no todo, se exceptúan por ejemplo los que violan personas con pasión (creo o espero).
En un país donde esta pasión en algún momento recibió el lugar casi de derecho humano superando incluso al agua (se podía no tener agua potable pero se podía acceder al futbol), donde nos preside alguien que el único “logro” conocido fue manejar un club de futbol, donde en los colegios nos obligaban a jugar al futbol en la hora de educación física, donde hoy las oficinas se están acomodando con televisores y horarios para que todos gocemos del derecho de ver un mundial que se supone nos interesa a todos, es muy difícil cuestionar una publicidad que es el fiel reflejo de una cultura dominante, la cultura futbolera. Ésa que es la primera que deberíamos empezar a cambiar para no sentirnos ofendidos por un comercial del mundial y poder reírnos más.             

Publicado por Juani Martignone
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