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Mostrando entradas de enero, 2023

El despecho como combustible

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¿Qué lleva a alguien a sentarse a escribir algo con la necesidad de que el mundo lo lea? Podríamos decir que algo fuerte, una sensación intensa que sobrepasa el cuerpo del escribiente y se ve obligado a hacerlo letra, libro, canción. Pocos escriben sobre nimiedades, historias tan pequeñas que da lo mismo ser escuchadas o leídas, que no hacerlo. Por lo general, cuando alguien se sienta frente a un texto escrito por otro, está esperando sentir un amor grande, uno de película, o espera odiar, odiar profundamente a un personaje o despreciar o sentir el peso que le provoca a cada interviniente de la historia el derrotero que tiene atravesar hasta el final. Básicamente quien se sienta a leer o escuchar una historia está esperando sentirse identificado de algún modo: todos amamos con locura, odiamos con las entrañas, nos decepcionamos profundamente. Quien escribe e intenta tener algo de éxito debe apuntar a los sentimientos que son universales, a esas historias, que si le cambiamos los person

No hay justicia, hay venganza

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Hay momentos en los que tenemos la dicha de ver a nuestra sociedad moviéndose al unísono, acompasada al mismo ritmo, demostrando esa famosa unidad que tantos políticos estúpidamente proponen y nunca logran, y salvo honradas excepciones, si tuviéramos la capacidad de salirnos de ella y verlas completamente de afuera, nos daría pena o vergüenza ajena. Si las imágenes del delfín que sacaron de la playa en Santa Teresita nos llenaron de cringe, las reacciones de una sociedad que apunta con todos sus dedos índices a la vez a los acusados en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, muestra sus más bajos instintos: el de la sed de venganza a como dé lugar. Al parecer, esa es la única forma que sabemos brindar justicia, y creemos que cuanto más ensañada es, más justicia se hizo. Estoy en plena conciencia que en este contexto en donde el “Qué se pudran en la cárcel” es la frase más escuchada de cualquiera que ve apenas de refilón el juicio, no es para nada celebrado decir que nada de