El despecho como combustible
¿Qué lleva a alguien a sentarse a escribir algo con la necesidad de que el mundo lo lea? Podríamos decir que algo fuerte, una sensación intensa que sobrepasa el cuerpo del escribiente y se ve obligado a hacerlo letra, libro, canción. Pocos escriben sobre nimiedades, historias tan pequeñas que da lo mismo ser escuchadas o leídas, que no hacerlo. Por lo general, cuando alguien se sienta frente a un texto escrito por otro, está esperando sentir un amor grande, uno de película, o espera odiar, odiar profundamente a un personaje o despreciar o sentir el peso que le provoca a cada interviniente de la historia el derrotero que tiene atravesar hasta el final. Básicamente quien se sienta a leer o escuchar una historia está esperando sentirse identificado de algún modo: todos amamos con locura, odiamos con las entrañas, nos decepcionamos profundamente. Quien escribe e intenta tener algo de éxito debe apuntar a los sentimientos que son universales, a esas historias, que si le cambiamos los person