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Mostrando entradas de septiembre, 2024

Preparar el mundo para el niño

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Hace más de quince años que no piso la FADU (Facultad de arquitectura, diseño y urbanismo de la UBA), pero, por algún motivo infausto, me llegó un mail invitándome a votar en la elección del nuevo claustro de estudiantes en el consejo directivo. El mail indicaba las fechas, lo que se votaba y una breve descripción de cada una de las listas en competencia. La curiosidad pudo contra la fatiga que me provocaba volver a intervenir en las elecciones de una facultad a la cual no pertenezco y que me parece que mi opinión electoral no tiene validez alguna. Inicié una pequeña investigación de las listas intervinientes. Del recuerdo de mis años por el pabellón N°3 de Ciudad Universitaria me quedó que Franja Morada (los radicales) siempre gobernó en la facultad, históricamente y durante todos los años que estuve, por eso arranqué buscándolos, viendo si todavía conservaban la hegemonía después de tanto tiempo transcurrido. Me enteré que, tal como sucede en las elecciones para gobernar el país, l

El alrededor florece; mi cuerpo perece

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Mi mamá cuenta que fue para mi cumpleaños de siete cuando le respondí que no; que no quería festejar mi cumpleaños, no quería ningún tipo de festejo. Gracias a la ayuda de memoria de mi madre es que podría definir que desde los siete años odio mi cumpleaños y todo lo relacionado a él. Del mismo modo que es difícil dejarse lamer un muñón o que te halaguen los kilos que te queres sacar de encima, también es difícil dejarse querer el día que preferís que no exista en el calendario, el día en el que naciste. Como no entiendo todavía el meollo que nos lleva a permanecer en este mundo sobreviviendo y buscando huecos para llenarlos de felicidad efímera, es que no encuentro la espectacularidad de nuestro ingreso a la vida. Quisiera pensar mi existencia como alguien que ya estaba ahí, que entró sin molestar, que intenta hacerse parte de la escenografía y que cuando se vaya lo hará en fade, como entró. Pero como refugiarse en la pedantería del snob es la técnica más sencilla para justificar la g