Quien dijo que todo está perdido
Los números venían empeorando desde el año 2000. Sólo cursaban el colegio secundario el 50% de los chicos que estaban en edad de hacerlo. La mitad se graduaba, la otra quedaba en el camino, y aquellos que se graduaban lo hacían con severas dificultades para leer un texto de complejidad media. En los 20 años que van del 2000 al 2020 sólo empeoró. No hubo netbooks ni presupuesto, ni la obligatoriedad del colegio secundario, que hiciera que al menos la curva descendiente tuviera algún pico de mejora. Nada. Siempre peor. La pandemia trajo consigo una devoción del oficialismo por cerrar escuelas, cerraron primero por miedo, por desconocimiento y después con millones de pruebas, experiencias en el exterior y libros de especialistas editados en papel que confirmaban lo innecesario de mantenerlas cerradas, decidieron mantenerlas cerradas igual. Hoy escuchamos a Nicolás Trotta (quien fuera el ministro de educación nacional durante la pandemia) jugar al juego del gran bonete con el presidente