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Mostrando entradas de enero, 2018

No sólo parecerlo sino serlo

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Hace unos días nos enteramos que un funcionario del actual gobierno tenía a una de sus empleadas con una parte de su sueldo en negro, la había hecho ingresar a la planta de un sindicato a modo de aumento encubierto, y como si fuera poco, no había realizado los aportes previsionales durante los últimos seis meses. La gravedad de todo este asunto, que es mucho más común de lo que nos imaginamos, es que ese funcionario es nada más y nada menos que el ministro de trabajo de nación. Si, la persona encargada de velar porque cada empleador tenga a su personal en blanco, haga los aportes como corresponde o no se mande ninguna de esas jugarretas típicas para pagar menos de lo que corresponde. Para ser fieles a la realidad es justo que digamos que tuvimos ministros de economía que nos instaban a repatriar nuestros ahorros mientras ellos guardaban toda su platita en el exterior o presidentas que decían estar del lado de los menos tienen adentro de un vestido que costaba un auto cero kilómetro

La soberbia corrección política

Uno de los chistes que siempre cuento, seguramente porque está dentro de mis favoritos, dice así “Un puto –la palabra tiene que ser “puto”- estaba en la parada del colectivo y un tipo viene, le toca el hombro y le pregunta ‘¿ésta es la cola?’ y el puto responde –poniendo la voz de la sátira del puto- ‘No, más abajo’” . No es el mejor chiste del mundo, tampoco de los mejores que escuché y probablemente a muchos ni les cause gracia. A mí me recuerda quizás a mi padre, con su humor sencillo, machista y discriminador típico de la picaresca argentina de las películas de Olmedo y Porcel. Me divierte mucho, aún así entiendo que no a todos les divierte. Lo que si me cuesta entender son a aquellos que lo censuran, o peor, se auto censuran puramente por corrección política. Muchos podrán decirme que es inaudito que alguien abiertamente homosexual como yo se ría al escuchar un chiste homofóbico, y peor que lo cuente. Podrían decir también que no es correcto que un homosexual se refiera a otro

Cuando la forma no deja ver el fondo

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Existe una pequeña lucha diaria (a escala, una gran lucha, una mega lucha) que me cuesta muchísimo más que dejar en claro mi posición política alejada de extremismos, y es la lucha por el feminismo. Que para quienes hace años venimos en la lucha LGTB no nos debería resultar muy complejo intentar explicar que, a pesar de tener profundas diferencias, todos nos merecemos un trato igualitario. Si quisiéramos explicarlo bien cortito así sería: el feminismo sólo busca el trato (entendiendo “trato” como derechos, oportunidades, condiciones, etc.) igualitario entre varones y mujeres. ¿Quién podría oponerse? -  Pienso - ¿Dónde está esa pared que se interpone entre el mensaje y quien lo recibe para oponerse a tal idea? Y a veces creo que es en la forma en la que ese mensaje se emite. 30 de mayo de 2017 manifestación feminista frente al Congreso de la Nación   El ejemplo más práctico sucedió, como casi siempre, en los medios de comunicación, que como ya sabemos, a punto de entrar en la

Cuando no importa qué sino quién

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Existe una forma de argumentar que tiene un nombre muy de esos nombres que son lindos de decir porque parece que hablamos en difícil: el argumento ad hominem. Viene del latín (como no podía ser de otra manera con ese nombre) y significa “contra el hombre”. En realidad un argumento ad hominem es cuando se descalifica una afirmación o un hecho, no por la cosa en sí sino por quien lo emite. Para ser más claro vamos con un ejemplo. Mi vecino es un malhumorado que está todo el día renegando, un martes a las 2 de la madrugada estoy a todo lo que da con la música porque es mi cumpleaños y el buen vecino me golpea la puerta y me pide que baje la música porque no son horas, es un día laborable y necesita dormir. Si yo dijera “usted no tiene razón porque siempre que lo veo está amargado” estaría justificando mi accionar con un argumento ad hominem. Por más que me pese, el reclamo del señor es válido, sólo que yo lo descalifico porque sé de quién viene, un vecino amargado. Esta forma de argume