Caer en la escuela pública para no caerse del sistema educativo
Después de exactos 18 meses, o para decirlo de otra forma, un año y medio exacto, se empezaría con un cronograma que tendería a volver a las clases presenciales en casi todo el territorio argentino. Un año y medio que significó las fragmentación de la escolaridad y la pérdida de la rutina de estudios, para los más privilegiados; el pasaje directo de año sin indagar mucho sobre los conceptos aprehendidos, para los más haraganes; y el abandono de la escuela, en todos sus niveles, para aquellos menos privilegiados que no tuvieron ni los medios, ni la contención para mantenerse en el sistema educativo; aproximadamente un millón de chicos de escuelas públicas y de los deciles más pobres de la sociedad. En un país normal, esto se llamaría “catástrofe educativa”; en el nuestro, donde lo más inverosímil puede suceder, cada uno está su posición sin moverse un solo milímetro: festejando todo lo hace el gobierno o criticando absolutamente todo lo que hace el gobierno. En el medio, se abrió esta