Ganar batallas con furia
Estaba en la pista del boliche bailando una Britney furiosa cuando me di cuenta que al lado mío estaba La Romi Scalora, siguiéndome los pasos. Le pregunté si era ella y actué como un cholulo que se mezcla con un groupie: le dije que la extrañaba en la radio, a lo cual me respondió que pagan muy poco (nada sorprendente que una radio que se pasa de progre precarice a sus columnistas); le confesé que nunca la había visto en Bendita y que adoraba todos los comentarios que hacía en redes sobre Gran Hermano , y que, yo también, era de esos que nos sentíamos defraudados con la deformación obscena del formato y con la burda intención de la producción del programa de definir una ganadora hace meses y hacer todo lo posible para que eso suceda y para que el público la elija. “Hoy la violencia es cool” dijo decepcionada La Romi mientras nos pasamos un enorme vaso con lo que estábamos tomando. La violencia es una moda con la que ninguno estaba de acuerdo. El boliche era una fiesta gay que siempre