Palabras más, palabras menos
Según las últimas estadísticas, vivimos en un país donde la mitad de los chicos que egresan de una escuela secundaria, sea de gestión pública o privada, no comprende aquello que lee. Peor son en matemática donde el 70% sale sin los conocimientos básicos, eso explica, quizás, por qué se fascinan con alguien que habla de números y economía, aunque en realidad no diga nada concreto o demostrable. La degradación de la lengua que trae consigo la violencia y la vulgaridad como herramientas argumentales para defender ideas que se piensan con treinta segundos de un reel de Instagram , también acota la cantidad de palabras que se utilizan: menos elementos para intentar contar un mundo vez más complejo. Tener menos palabras para explicar más cosas nos quita la especificidad de lo que se dice, transformando todo en una masa amorfa donde todo es lo mismo y procesos complejos pueden reducirse con dos o tres palabras, como un niño que explica el mundo con las cuatro emociones con las que cree que vi